A través de una iniciativa conjunta entre la Senadora Nora del Valle Giménez (FdT) y representantes de la ONG Derechos de Animales Marinos (DAM), que reúne a casi 30 organizaciones proteccionistas, se presentó un proyecto de ley que busca prohibir los espectáculos con animales marinos silvestres en cautiverio.
La iniciativa lleva el nombre de “Kshamenk”, puesto que así se llama la orca macho que se encuentra en Mundo Marino, el oceanario más grande de la Argentina, ubicado en la ciudad de San Clemente del Tuyú, partido de La Costa, provincia de Buenos Aires.
La campaña fue lanzada en el año 2015 por DAM y cuenta con más de 612 mil firmas en el sitio web Change.org con el nombre de «Stop Acuarios» y fu desplegada bajo el hashtag #StopAcuarios en las redes sociales.
Respecto a la orca, informan que fue «sustraída de su hábitat natural, apropiada y mantenida en cautiverio, entrenada utilizada, explotada y exhibida en shows desde 1992, a quién además se ha extraído su material genético a través de prácticas invasivas y crueles, siendo comercializado y exportado sin que exista reglamentación alguna al respecto», detalla la ONG en la petición.
El Proyecto será finalmente presentado en la jornada de este martes 18/10, en la Sala Arturo Illia de la Cámara alta a partir de las 17.
Los disertantes del evento, además de la senadora Valle Giménez, serán la jueza Elena Liberatori, el biólogo Héctor Ricardo Ferrari, el abogado Mauricio Trigo, las representantes de ONGs Jessica Stiberman y Jimena Szpanierman (Change Org Argentina), y Delila Lewis, de Activistas de La Costa.
Se trata de todas maneras de una “presentación formal”, puesto que el Proyecto ingresó al Senado el 6 de julio pasado bajo el expediente S-1577/2022.
Entre sus fundamentos detalla como principal objetivo “la prohibición y sanción de espectáculos con animales marinos silvestres, como así también su exhibición y/o cautiverio sin fines de rehabilitación y reinserción o reintegro a su hábitat natural”.
«La ciencia ha demostrado que el sistema nervioso central es lo que nos hace capaces de sentir, ser conscientes y tener voluntad propia, y también está demostrado que los demás animales, como seres sintientes, son sujetos conscientes y es por ello que, como humanos, tenemos el deber ético de extender el respeto y protección a la vida de los demás animales no humanos» informan.
Respecto a la Orca Kshamenk, el Proyecto describe que su situación “es la misma que viven otras especies de animales marinos silvestres (delfines, lobos de mar, pingüinos, tortugas marinas) en acuarios que montan espectáculos con ellos en lugar de rehabilitarlos y restablecerlos a su hábitat natural, causándoles a estos seres sintientes múltiples daños y sufrimiento. Calculándose que para el año 2019 había unos 223 animales marinos en cautiverio entre los dos oceanarios más grandes del país”.
En tanto, la iniciactiva, hace una interesante mirada hacia la niñez, puesto que con atino detalla que «los espectáculos que incluyen animales marinos silvestres en cautiverio son destinados mayoritariamente al público infantil que asisten incluso como viaje de estudio a través de establecimientos educativos».
Sin embargo, «la explotación de los animales marinos en espectáculos, ocasiona una desinformación y negación de educación veraz a les niñes, en tanto se les oculta que estos animales son verdaderas víctimas que viven de manera inadecuada en espacios diminutos, lejos de sus ecosistemas a los que perteneces, sin poder desarrollar sus conductas naturales y completamente a merced de sus “dueños”».
Esto, en difinitiva, implica «la vulneración de los derechos básicos de niños, niñas y adolescentes, consagrados en la Constitución Nacional, Convención sobre los Derechos del Niño (CDN), tratado aprobado en 2005».
La Historia de Kshamenk
Como se detalla líneas arriba, se trata de una orca macho de unos 34 años de edad, 6,2 metros de largo y 4 toneladas de peso, que se encuentra en el parque Mundo Marino. Fue capturada junto con otras tres orcas hace 22 años.
Si bien es cierto que desde la empresa han alegado desde siempre que éstas fueron rescatadas de una playa local, varias ONG denuncian que estos animales habían sido capturados a través de un varamiento forzado orquestado por el propio delfinario.
De todas las orcas en cuestion, la única sobreviviente fue Kshamenk. El destino del resto fue diverso: Una fue liberada porque era demasiado grande para ser manejada por el equipo de captura. Otra murió durante el camino a Mundo Marino y la otra, también murió, al golperase contra las paredes del tanque tratando de escapar en cuanto lo depositaran allí.
Durante un tiempo, Kshamenk compartió su pequeño tanque con Belén, una orca hembra adulta. Belén falleció de una infección renal en el año 2000. Murió con 13 años cuando en la naturaleza las orcas hembra pueden llegar a los 90. Es más, mientras que las orcas en la naturaleza no empezarían a criar hasta los 15 años, Belén ya había dado a luz a una cría muerta en el año 1998 y en el momento de su muerte estaba preñada de 4 meses. Su muerte dejó a Kshamenk sin la compañía de otros de su especie, con quienes no ha tenido contacto en 14 años.
Sus únicos compañeros desde entonces han sido delfines mulares. A uno de ellos lo atacó gravemente y su cuerpo todavía muestra las marcas de los dientes de Kshamenk. Con otra, una hembra llamada Floppy, se le observó en diversas ocasiones tratando de aparearse de manera anormal. Desde su muerte a principios de 2012, Kshamenk se encuentra en total aislamiento.
En noviembre de 2001, el parque de atracciones Six Flags World of Adventure solicitó al Servicio Nacional de Pesca Marina de los EEUU una autorización para importar a Kshamenk a las instalaciones de la compañía en Aurora, Ohio. En el mismo año, Mundo Marino SA solicitó a Argentina que les permitiera exportar a la orca que fue presentada en la Secretaría de Medio Ambiente y el desarrollo sostenible de este país.
A pesar de la movilización de más de 35 organizaciones y científicos de todo el mundo oponiéndose al traslado de Kshamenk, NMFS autorizó su importación. Sin embargo no contaron con que existe una prohibición en Argentina sobre la exportación de fauna salvaje local que lleva en vigor desde 1986.
Actualmente según las denuncias hechas, Kshamenk, muestra claros síntomas de lo que comporta la falta de libertad en estos animales; se muestran poco cooperativos, sexualmente frustrados, enojados y deprimidos. Las imágenes de Kshamenk nadando en círculos en un tanque tan pequeño que su aleta sobresale de la piscina han dado la vuelta al mundo. De hecho, Kshamenk pasa tan sólo 40 minutos al día en la piscina «grande», justamente el tiempo que dura la suma de los dos espectáculos diarios que realiza.
Vale recordar que Kshamenk pertenece al Gobierno argentino así que no puede ser vendida ni exportada ya que las orcas salvajes en este país están fuertemente protegidas y desde 1998 no se permite su captura.
El Proyecto
S1577_22PL (1) by Jota Posta on Scribd
Fuentes Video: Mundo Marino – Conciencia Solidaria ONG
Para NCN por Juan José Postararo