Quejas de comerciantes y garajistas por peatonalización del centro
Crece el malestar de garajistas y comerciantes por plan del Gobierno de la Ciudad para limitar el ingreso al centro de autos en horas pico. Amenazan con tomar medidas de fuerza para evitar que avance en la Legislatura.
Avanza un proyecto del Gobierno porteño para ampliar la restricción vehicular a gran parte del centro porteño, generando resistencia de algunos sectores. La propuesta, impulsada desde la Secretaría de Transporte y aún en discusión, busca extender, a partir de marzo próximo, áreas peatonales vigentes y prohibir circular autos particulares de 9 a 18 durante días hábiles, en zonas de alta concentración de gente, como Casco Histórico, Tribunales y Retiro, y cuadras menos pobladas, como Congreso y San Telmo.
Si avanza en comisión, se trata y aprueba en la Legislatura, esta tercera etapa del plan de peatonalización limitará el ingreso de vehículos en un radio de 315 calles (hoy son 86 afectadas) y exigirá al conductor tramitar un permiso especial anual que acredite residencia o cochera para transitar libremente. Caso contrario, será pasible de multas, ya que se instalarán 70 cámaras. Estarán exceptuados de llevarlo vehículos de emergencia, taxis, remises, motos y fuerzas de seguridad.
Por estos días, el alcance de la medida es visto con preocupación y enojo por la mayoría de empleados de garajes y estacionamientos que operan en el micro y macrocentro porteños. La tildan de «sorpresiva» y «drástica» al vaticinar el impacto en su actividad diaria, y evalúan incluso medidas de fuerza para frenar su avance. Asimismo, no descartan cerrar temporariamente establecimientos para mostrar su repudio.
«Si se aprueba esa prohibición, se verán obligados a cerrar 450 garajes, que en términos económicos representa una pérdida de 700 millones de dólares y más de 2000 empleados sin trabajo. Es gravísimo», advierte Eduardo Sánchez, presidente de la Cámara de Garajes y Estacionamientos de la República Argentina (Cagesra).
Según remarca, no es un problema inherente al sector, ya que comercios de otros rubros, ubicados dentro y cerca de la zona de exclusión, también serán perjudicados, porque estará restringida la accesibilidad de proveedores y clientes: «Quienes idearon este plan no midieron consecuencias. Cierran nuestra actividad y de negocios aledaños, como casas de música de Talcahuano, relojerías y joyerías de Libertad y mueblerías de Sarmiento».
María Esther Jorge, propietaria de un garaje en Mitre al 1300, pone sobre el tapete efectos colaterales y «cadena de trastornos» que, a su entender, provocan iniciativas como ésta en lo cotidiano, más allá de falta de ingreso, «afecta la carga y descarga de mercadería, complica mudanzas, ida a un consultorio, búsqueda de chicos al colegio, o visita de un plomero, entre otros inconvenientes».
Y se agrega la desinformación que impera entre comerciantes, muchos dicen no estar al tanto de la situación, y desvalorización que posiblemente sufrirán propiedades. «Traerá consecuencias serias y no creo que solucione un problema ecológico y de contaminación, como proyectan desde el Gobierno», anticipa Antonio Carbone, encargado de Daiam, local de música donde entran y salen bafles y equipos de sonido permanentemente.
En el Gobierno de la Ciudad explican que todavía es un plan en evaluación, que se aplicaría gradualmente en el primer trimestre de 2017, e implicaría, en realidad, restricción parcial y en horario hábil de circulación de autos particulares, «no total» como aducen oponentes.
Entre principales fundamentos, aseguran fuentes de la Secretaría de Transporte, se apunta a «mejorar la calidad de vida de dos millones de personas todos los días», y replicar lo conseguido hasta ahora en parte del centro: espacio «más saludable, sustentable y seguro».
«En grandes ciudades del mundo se piensan en calles como lugares de convivencia, promoviendo el disfrute en el espacio público. Ese es el camino que elegimos para Buenos Aires: dos millones de vecinos beneficiados con la ampliación del microcentro peatonal», plantea Juan José Méndez, secretario de Transporte.
Además, se estudia encauzar colectivos en calles Paraná y Uruguay para definir un espacio libre de estos vehículos.