22 de noviembre de 2024

NCN

Para que el ciudadano tenga el control.

Se presentó un proyecto en el Congreso que pone la lupa en la guerra entre Azerbaiyán y Armenia

A la guerra con Ucrania que ya golpea al mundo, ahora se le suma el conflicto histórico entre Azerbaiyán y Armenia. Ambos se acusan mutuamente de haber violado el alto el fuego que selló, con la mediación de Rusia, la Segunda Guerra de Nagorno Karabaj en noviembre de 2020.

Sobre este resurgimiento bélico, el primer ministro de Armenia, Nikol Pashinyan, dijo que 49 de sus soldados murieron en combates ocurridos durante la noche del lunes. El Ministerio de Defensa de Azerbaiyán, por su parte, contabilizó 50 bajas entre sus tropas.

Ambos países han disputado dos guerras y se han involucrado en frecuentes enfrentamientos durante las últimas tres décadas.

En el corazón de la disputa se encuentra la región de Nagorno-Karabaj. De acuerdo a las fronteras internacionales reconocidas, esta región es parte de Azerbaiyán, aunque se encuentra habitada por armenios.

Esta división cultural es también política y religiosa. Armenia es un país de mayoría cristiana, mientras que Azerbaiyán tiene mayoría musulmana.

La disputa por Nagorno-Karabaj ha desembocado en dos guerras a gran escala en las década de 1980 y 1990 y una guerra más breve, de seis semanas, entre septiembre y noviembre de 2020.

Ahora, el conflicto, uno de los más antiguos del mundo, ya que hace alrededor de tres décadas que dura, ha vuelto a resurgir tras varios enfrentamientos.

Por el momento se calcula que alrededor de la mitad de la población de Nagorno-Karabaj, entre 70.000 y 75.000 personas, han tenido que abandonar la zona y se han convertido en desplazados. Más de 400 militares y 40 civiles habrían muerto durante los enfrentamientos.

Proyecto de declaración en el Congreso

En ese sentido, El senador nacional Adolfo Rodríguez Saá expresó su “profunda preocupación por el resurgimiento bélico” entre las Repúblicas de Azerbaiyán y Armenia e instó mediante el “diálogo” alcanzar una “solución pacífica” como siempre insta la Argentina a través de políticas “orientadas a la eliminación de toda amenaza de conflicto o violencia”.

El legislador del Frente de Todos, presidente de la Comisión de Relaciones Exteriores y Culto del Senado se pronunció en estos términos a través de un proyecto de declaración que presentó en la Cámara Alta, en el cual también lamentó “la pérdida de vidas” a raíz del nuevo recrudecimiento del conflicto entre los dos países ocurrido el pasado 13 de septiembre.

“Nuestro país siempre ha considerado la paz como valor absoluto que siempre debe ser defendida, coadyuvando a encontrar puntos en común, bajo políticas orientadas a la eliminación de toda amenaza de conflicto o violencia”, aseveró Rodriguez Saá sobre el nuevo giro de un enfrentamiento que data desde los comienzos de la década de los 90 tras la proclamación de la independencia de lo que por los armenios es conocida como República de Artsaj y también como Nagorno Karabaj.

El senador puntano, señaló que “mediante el presente proyecto deseamos expresar nuestra preocupación y repudio ante esta nueva escalada de agresiones bélicas”, y agregó que ante esa situación “exhortamos a la búsqueda de un nuevo proceso de diálogo entre las mencionadas naciones, a través de todos los mecanismos diplomáticos y basados en el derecho internacional para la resolución de conflictos”.

“A raíz de ello y en defensa de los principios consagrados en la Carta de las Naciones Unidas, en base al derecho internacional, a la soberanía de los Estados y a su integridad territorial,
insta a los respectivos gobiernos de ambos países a acordar, por medio del diálogo, una solución pacífica a dicho conflicto que garantice el respeto, el cumplimiento y la protección de los derechos humanos”, manifestó Rodriguez Saá.

Lamentó, además, que a partir de la nueva confrontación “se sumen centenares de muertes tanto armenias como azerbaiyanas” por lo que reafirmó la trascendencia del “proceso de paz” como uno de los principios consagrados en la Carta de Naciones Unidas donde aboga como “deber de todos los Estados que los pueblos vivan en convivencia armónica”.

El senador al fundamentar su proyecto, indicó que en los primeros años que subsiguieron al inicio de hostilidades, Naciones Unidas informó que “aproximadamente 650.000 personas fueron desplazadas” de la región de unos 4.400 km cuadrados en la zona del Cáucaso Sur.