En un giro inesperado en el ámbito legislativo, senadores de los principales bloques han recomendado al oficialismo la postergación de la sesión prevista para el próximo miércoles, que abordaría el polémico proyecto de Boleta Única de Papel (BUP). La decisión se enmarca en un contexto de creciente presión por parte de la Casa Rosada para modificar el proyecto y devolverlo a la Cámara de Diputados para una segunda revisión.
Cabe mencionar que la controversia surge luego de la aparente ruptura de un acuerdo previamente alcanzado entre el Ejecutivo y sectores clave del Senado, incluidos dialoguistas y el equipo de la vicepresidenta Victoria Villarruel. Este entendimiento había sido fundamental para avanzar en el proyecto de BUP, cuyo objetivo es reformar el sistema electoral argentino. Pero, la intervención reciente del Gobierno ha generado confusión y desacuerdo.
Uno de los aspectos que generó alarma es la posibilidad de que la sesión de este miércoles también trate un Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) relacionado con la asignación de millonarios fondos para la nueva Secretaría de Inteligencia de Estado (SIDE). Esta normativa es especialmente sensible, ya que un rechazo simultáneo de ambas Cámaras sería un hecho sin precedentes en la historia legislativa del país. El hecho de que este DNU esté en la agenda legislativa ha sido descrito como una maniobra que podría introducir un tema controversial «por la ventana», según un senador dialoguista.
Asimismo, la semana pasada, el Gobierno no tomó medidas para contrarrestar la derrota sufrida por La Libertad Avanza con la sanción de la ley que mejora las jubilaciones, que enfrenta un inminente veto del presidente Javier Milei. Según reportes, la administración actual ha fomentado esta situación, permitiendo que el Senado funcione de manera ineficaz en temas cruciales.
En caso de que la sesión se lleve a cabo y se logre un nuevo entendimiento sobre la BUP, la atención se desviaría de este proyecto hacia la potencial derrota relacionada con el DNU. Este escenario parecería diseñado para exponer a Villarruel a un nuevo traspié y para criticar al Ejecutivo por sus decisiones. Hoy, la bicameral encargada del seguimiento de los organismos de inteligencia se reunirá para discutir estos temas.
Además de la incertidumbre sobre la sesión y la agenda, persisten dudas sobre la dinámica interna de las principales bancadas: el kirchnerismo, la UCR y el PRO. Las tensiones internas y la incertidumbre sobre los votos complican aún más el panorama político, que se desarrolla de manera caótica y estratégica.
Por su parte, respecto a la BUP, los negociadores de los bloques oficialistas y dialoguistas lograron convencer a los legisladores provinciales de eliminar el casillero de «lista completa», una modificación que pretende equilibrar las fuerzas locales con las nacionales. También se acordaron nuevas fechas para las elecciones primarias, que se realizarán el primer fin de semana de agosto. La semana pasada, funcionarios nacionales intentaron sin éxito presentar cambios en el proyecto de BUP ante las comisiones correspondientes del Senado, lo que se hizo de manera desorganizada y sin la entrega previa del texto final a los legisladores. Con un puñado de días para resolver estas cuestiones y las provincias ajustando los plazos y competencias, el proyecto podría desbloquearse y regresar a Diputados para una nueva revisión.
En medio de esta agitación política, la vicepresidenta Victoria Villarruel encabezará un acto en el Senado para conmemorar el «Día Internacional de la Conmemoración a las Víctimas del Terrorismo». El evento, que tendrá lugar en el Salón Azul del Senado, tiene como objetivo recordar y honrar a las víctimas del terrorismo y sensibilizar a la sociedad sobre sus derechos y necesidades. La ceremonia será una oportunidad para abordar la justicia, verdad y reparación para las víctimas, en línea con las directrices establecidas por la ONU desde 2017.