El senador por La Pampa, Juan Carlos Marino, expresó su satisfacción al aprobarse un dictamen favorable de las comisiones que tratan el proyecto de su autoría sobre «etiquetado frontal de alimentos». La iniciativa, junto a otras similares, que busca alertar a los consumidores sobre el contenido de los alimentos envasados, logró dictamen de las comisiones intervinientes y dio así un gran paso rumbo a su sanción definitiva como ley, cosa que el senador Marino celebró.
«Es un avance significativo para el proyecto en el Senado y para la Argentina, tener un dictamen de las comisiones expresa que hay consenso de los distintos bloques para que se trate en el recinto. Aun falta, pero es un hecho muy positivo. Estábamos en deuda con la sociedad, es una medida que ya se estaba aplicando en varios países de la región», afirmó el legislador pampeano.
Entre los objetivos del proyecto se destacan: brindar información nutricional simple y comprensible a los consumidores para que puedan ejercer el derecho a una alimentación saludable; advertir sobre el riesgo de consumir productos con exceso de azúcar, sodio, grasas saturadas, grasas totales y calorías; y promover una alimentación saludable y reducir las enfermedades no transmisibles.
Para lograr esas metas se establece que todos los alimentos y bebidas no alcohólicas, cuyo contenido de nutrientes críticos y su valor energético exceda lo establecido, incluyan un sello de advertencia, según corresponda:
***EXCESO EN AZÚCARES;
***EXCESO EN SODIO;
***EXCESO EN GRASAS SATURADAS;
***EXCESO EN GRASAS TOTALES;
***EXCESO EN CALORÍAS.
Dichos sellos de advertencia tendrán forma octogonal de color negro con borde y letras de color blanco en mayúsculas, un tamaño no inferior al 5% de la superficie de la cara principal del envase, y estarán ubicados de forma visible al frente de los empaques.
El consumo excesivo de los denominados «nutrientes críticos» (azúcares, sodio, grasas totales, grasas trans y grasas saturadas) se asocian a un mayor riesgo de enfermedades no transmisibles, como la obesidad, la hipertensión, la diabetes y el cáncer.
En Argentina, según la 4° Encuesta Nacional de Factores de Riesgo 2018, el 66,1% de los argentinos tiene exceso de peso, en una proporción de 33,7% de personas con sobrepeso y 32,4% con obesidad. Asimismo, nuestro país encabeza el ranking de mayor obesidad infantil (9,9 %) de la región: el Centro de Estudios sobre Nutrición Infantil (CESNI) estima que uno de cada tres niños en edad escolar tiene sobrepeso u obesidad.
En ese sentido, el senador Marino explicó que «con este proyecto no vamos a modificar las recetas o la forma de producir de las empresas, pero queremos que los argentinos sepan qué contiene lo que beben y comen y, fundamentalmente, qué les dan a sus hijos. En ocasiones, muchos padres, con buenas intenciones, compran productos que finalmente resultan dañinos para la salud de sus hijos. Con estas reglamentaciones buscamos alertarlos para que tomen decisiones más formadas. Es un doble ejercicio de, por un lado, establecer normas claras y estandarizadas de etiquetado para quienes ofrecen estos productos y, por el otro, educarnos como consumidores», sentenció.
El texto establece, además, la prohibición de toda forma de publicidad de los alimentos y bebidas no alcohólicas envasados que contengan al menos un nutriente crítico en exceso según el etiquetado, y que estén dirigida a niños, niñas y adolescentes; encomienda al Consejo Federal de Educación a promover la inclusión de actividades didácticas y de información nutricional en los establecimientos educativos de nivel inicial, primario y secundario del país, con el objeto de contribuir al desarrollo de hábitos de alimentación saludable y advertir sobre los efectos nocivos; y prohíbe la oferta, comercialización o publicidad de esos productos en las instituciones educativas.
«Fue un trabajo arduo junto a mi equipo, pero con estas medidas vamos a contribuir a lograr una alimentación más consciente y, por consiguiente, la prevención de muchas enfermedades. Las cifras sobre obesidad en general, y obesidad infantil en particular, son alarmantes. Tenemos que seguir avanzando con el proyecto para que se transforme en ley, y el momento es ahora. La información debe ser accesible y fácil de entender para que podamos tomar mejores decisiones en relación a nuestra salud y la de los que queremos. El etiquetado frontal y las distintas medidas que incorporamos van en esa sintonía. Confío y soy optimista en que primará el sentido común y que pronto contaremos con la Ley», finalizó Marino.