Conocedores que el reloj corre y la cuenta regresiva culmina el 31/01 (fecha de cierre de las Sesiones Extraordinarios) desde la Presidencia se mostraron confiados en el resultado final.
En este sentido el vocero presidencial, Manuel Adorni, aseguró en las últimas horas que el Gobierno de La Libertad Avanza tiene «plena confianza» en el proyecto de la denominada Ley de Bases y Puntos de Partida para La Libertad de los Argentinos tendrá «novedades» antes de que finalice enero.
Pese a que desde LLA esquivan llamarla “ley ómnibus” y se apegan al ampuloso título que le pusieron, en la jerga parlamentaría cuando un único proyecto de ley incluye varias reformas, cómo es el caso, se lo suele denominar así.
Se trata de un formato que suelen elegir los gobiernos entrantes para que ambas Cámaras del Congreso de la Nación debatan en un solo paquete cuestiones que podrían presentarse en varios proyectos separados.
Las leyes ómnibus las envía el Poder Ejecutivo de la Nación (PEN), generalmente sobre el comienzo de su gestión, como por ejemplo lo hizo Carlos Menem en 1989, con su “Ley de Reforma del Estado”; Mauricio Macri en 2016, con su “Programa Nacional de Reparación Histórica para Jubilados y Pensionados” que incluía también un blanqueo de capitales y modificaciones impositivas; o Alberto Fernández en 2019, con su “Ley de Solidaridad Social y Reactivación Productiva”.
En el caso de la ley ómnibus de Milei las reformas explayadas en sus 664 artículos están vinculadas a temas de emergencia económica, fiscales, previsionales, electorales, reorganización administrativa, justicia, ambiente, turismo, deporte, salud pública, infraestructura, servicios y la criminalización de la protesta.
El Paso a Paso
En cuanto a lo formal y el camino institucional que deben atravesar, los proyectos de ley ómnibus son iguales a todos los demás. Esto quiere decir que, tras su presentación en alguna de las Cámaras –en este caso, por parte del Poder Ejecutivo–, el expediente debe debatirse en las comisiones correspondientes, y una vez obtenido el dictamen, tratarse en el recinto. En este caso, primero en Diputados, que es donde se presentó.
Al contener un texto único, las reformas se tratan todas juntas, y no de manera individual, como sería en el caso de que se presentaran en leyes separadas. Sin embargo, aunque la aprobación o rechazo puede ser en general, también está la opción de aprobar o rechazar artículo por artículo, al igual que en el resto de las leyes.
Hay ciertos casos en los que si los proyectos de ley modifican ciertos temas, como el régimen electoral y de partidos políticos, se prevé que la aprobación debe ser por mayoría absoluta. Es el caso del proyecto de Milei, que prevé cambios como la eliminación de las PASO y de la lista sábana, en la composición de la Cámara de Diputados y en la introducción de un sistema de elección por “circunscripciones uninominales”.
Por ello, la ley ómnibus requerirá la mayoría absoluta de Diputados y del Senado, esto quiere decir: el voto a favor de más de la mitad de los integrantes de cada cámara, más allá de la cantidad de legisladores presentes en el momento de la votación. Al igual que todas las leyes, una vez obtenida la media sanción, resta la aprobación de la cámara revisora –en este caso el Senado– para su sanción completa.