Anoche ardió Tucumán. Fue una de las jornadas más tristes desde que recuperamos la democracia. Al bochorno de las elecciones fraudulentas del domingo pasado -con quema de urnas, escuelas, tiroteos entre facciones y hasta compra de votos a plena luz del día -, se le sumo una noche trágica con una represión inusitada al pueblo tucumano que se manifestaba pacíficamente en contra del fraude y de las prácticas clientelares.
Lejos de ponerse frente a las investigaciones, el oficialismo, en boca del candidato a vicepresidente del Frente para la Victoria, acusó insólitamente a la oposición de la quema de urnas. Poco sabremos qué hay de cierto y qué no en la provincia.
Pero tenemos algunas certezas irrefutables para las que no necesitamos que nadie nos venga a iluminar: en la provincia de Tucumán hay clientelismo, se fabrican pobres porque la pobreza disciplina, hay violencia verbal por parte de los políticos y violencia real en manos de la policía que reprime una manifestación pacífica. Y en este punto hay que ser absolutamente claros y categóricos: repudiamos todo tipo de violencia, en especial aquella que es ejercida por el Estado en contra de los ciudadanos que manifiestan su disenso pacíficamente.
El kirchnerismo es socio de los más siniestros señores feudales donde poco importa el ejercicio de la democracia.Mientras se esparcían las cenizas de las urnas quemabas, Scioli festejaba junto a Manzur la perpetuación del régimen. Una vez más somos testigos del doble estándar en torno a los derechos humanos por parte del kirchnerismo, el gobierno que con más persecuciones, desaparecidos y muertos políticos desde el retorno a la democracia.
Aún estamos a tiempo de frenar la escalada de violencia y la pérdida de los valores democráticos. Aún podemos pensar en poner el primer mojón para recuperar aquellos ideales de la democracia con los que alguna vez soñamos, aún estamos a tiempo de construir un gobierno de diálogo y consensos, que respete tu voto y que garantice que todos tenemos la misma igualdad de oportunidades.
Hoy acompaño a Tucumán, me solidarizo con los manifestantes y expreso mi más absoluto repudio al violencia. Aún estamos a tiempo de sacar las peores prácticas del pasado y proyectarnos hacia un futuro mejor, más justo, con igualdad y con decencia.
Por Margarita Stolbizer (diputada nacional GEN – Buenos Aires)