Las palabras ofensivas hacia el pueblo evangélico que propinó, semanas atrás, la presidenta de Madres de Plaza de Mayo, Hebe de Bonafini no permanecieron indistintas durante la Sesión Extraordinaria que llevó a cabo la Cámara de Diputados.
En el inicio de la jornada, planteando una cuestión de privilegio, el Diputado David Schlereth, Pastor de la Iglesia Bautista Jesús es Rey, refirió al tema sosteniendo que tras lo acontecido “llama la atención la inacción de los organismos gubernamentales que deberían velar por resguardar los derechos, la libertad y la igualdad de todos los ciudadanos”.
“En las últimas semanas templos emblemáticos a lo largo de la argentina fueron violentados” describió y reiteró que “todos estos hechos son repudiables”.
Recordó además que distintas organizaciones que profesan la religión evangélica “presentaron a los organismos correspondientes las diferentes denuncias sin ninguna respuesta hasta el día de hoy, tampoco la obtuvimos del Secretario de Culto de la Nación” anunció.
“Los evangélicos no somos un problemón para la Nación, no le pudrimos la cabeza a nadie, ni somos peligroso” enfatizó y sentenció que “somos ciudadanos comprometidos con nuestra nación y seguiremos haciendo lo que hicimos siempre: contribuir para darle dignidad a la gente”.
“Esperamos que esto se pueda dar en el marco de respeto y en el pleno ejercicio de las libertades individuales consagradas en nuestra Constitución” cerró.