Un informe elaborado por el Equipo Latinoamericano de Justicia y Género (ELA), llegó a la conclusión de que el 77% de las legisladoras porteñas sufrió violencia política. El trabajo también dictamina que en el 94% de los casos los agresores fueron varones.
El Equipo Latinoamericano de Justicia y Género (ELA) dio a conocer un informe sobre “Violencia política por razones de género” que se realizó en la Legislatura de la Ciudad y que reveló que el 77% de las legisladoras aseguró haber sufrido violencia de género por motivos de género.
Bajo la premisa: “La violencia contra las mujeres en política constituye un obstáculo que impide su plena participación en puestos de toma de decisión en diferentes espacios y refuerza roles tradicionales de género, socavando la calidad de la democracia, el desarrollo y el pleno disfrute de sus derechos humanos. Sin embargo, a diferencia de lo que sucede con la violencia doméstica, ha sido un problema poco explorado”, los resultados del informe se desprenden de las entrevistas realizadas a 44 legisladores y legisladoras porteñas con identidad reservada. Las entrevistas estuvieron acompañadas de reflexiones sobre la cultura machista y los roles de género y las formas en las que se expresa la violencia en ese ámbito.
El documento establece que en el 94% de los casos los agresores son varones. Asimismo, el 82% de las victimas afirma haber sentido afectado su bienestar psicológico/emocional. Un dato interesante es que el 59% fue violentada por alguien de su mismo partido así como el 47% afirmó que los agresores no sufrieron consecuencias.
Al momento de responder acerca de los espacios donde se sienten más expuestas, el 82% de las mujeres señala internet y redes sociales. Y un 18% de las legisladoras advirtió que al día de la fecha siguen vigentes las ofertas de «favores políticos» a cambio de «favores sexuales».
En ese sentido, uno de los testimonios declara que: “hay varones que te hacen sentir la incomodidad. Están mucho más preocupados por ver si pueden levantarte que si pueden tener algún tipo de discusión sobre algún tema que te interese discutir con ellos” y destacó: «El franeleo propio de algunos termina repercutiendo en cómo una se desempeña o lleva adelante determinadas discusiones. Se elige resignar algunas discusiones con algunos compañeros, porque una sabe o no quiere someterse a situaciones incómodas o desagradables”.
Otro de los aportes expresó que: “la voz de la mujer es poca en los recintos. Las mujeres no se animan a hablar, es difícil hablar por primera vez. Hay que pelearse, imponerse. Es difícil además salir de los temas en que se encasillan a las mujeres. Las comisiones importantes las lideran los varones -por ejemplo, de Presupuesto-. Los jefes de bloques son varones, las comisiones las presiden varones, muchas veces quienes hacen los proyectos también son varones”.